Introducción
“Elí había cometido un grave error al permitir que sus hijos asumieran los cargos sagrados. Al disculpar la conducta de ellos con este o aquel pretexto, quedó ciego con respecto a sus pecados; pero por último llegaron a tal punto que ya no pudo desviar más los ojos de los delitos de sus hijos. El pueblo se quejaba de sus actos de violencia, y el sumo sacerdote sintió pesar y angustia. No se atrevió a callar por más tiempo. Pero sus hijos se habían criado pensando únicamente en sí mismos, y ahora no respetaban a nadie. Veían la angustia de su padre, pero sus corazones endurecidos no se conmovían. Oían sus benignas amonestaciones, pero no se dejaban impresionar, ni quisieron cambiar su mal camino cuando fueron advertidos de las consecuencias de su pecado. Si Elí hubiera tratado con justicia a sus hijos impíos, habrían sido destituidos del sacerdocio y castigados con la muerte. Temiendo deshonrarlos así públicamente y condenarlos, los mantuvo en los puestos más sagrados y de más responsabilidad. Siguió permitiéndoles que mezclaran su corrupción con el santo servicio de Dios, y que infligieran a la causa de la verdad un perjuicio que muchos años no podrían borrar. Pero cuando el juez de Israel descuidó su obra, Dios se hizo cargo de la situación” (Patriarcas y Profetas, pág. 563).
1.- ¿Quién era el sacerdote que ministraba en la casa de Dios cuando nació Samuel?
1 Samuel 1:9, última parte: "El sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová".
Nota
“Samuel había sido puesto bajo el cuidado de Elí, y la amabilidad de su carácter conquistó el cálido afecto del anciano sacerdote. Era bondadoso, generoso, obediente y respetuoso. Elí, apenado por la conducta de sus hijos, encontraba reposo, consuelo y bendición en la presencia de su pupilo. Samuel era servicial y afectuoso, y ningún padre amó jamás a un hijo más tiernamente que Elí a este joven. Era algo singular que entre el principal magistrado de la nación y un niño sencillo existiera tan cálido afecto. A medida que los achaques de la vejez le sobrevenían a Elí, y lo abrumaba la ansiedad y el remordimiento por la conducta disipada de sus propios hijos, buscaba consuelo en Samuel” (Patriarcas y Profetas, pág. 557).
2.- Cuando el sacerdote supo del gran deseo y dolor de Ana, ¿qué bendición pronunció?
1 Samuel 1:17: "Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho".
Nota
“Llena de dolor y sorprendida, Ana le contestó suavemente: ‘No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora’. “El sumo sacerdote se conmovió profundamente, porque era hombre de Dios; y en lugar de continuar reprendiéndola, pronunció una bendición sobre ella: ‘Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho’” (Hijas de Dios, pág. 37).
3.- ¿Qué noticias le dio Ana a Elí cuando fue al santuario la próxima vez? ¿Qué bendición pronunció el sacerdote sobre Elcana y su esposa?
1 Samuel 1:26-28; 2:20 "Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. 27Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. 28Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.Y adoró allí a Jehová. 2:20Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa".
Nota
“Ana oró y confió; y en su hijo Samuel le dio al Israel de Dios un tesoro preciosísimo, hombre útil, de un carácter bien formado, uno que en cuanto a principios se refiera era firme como una roca” (Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pág. 283). “A todos se les da oportunidad de desarrollar el carácter. Todos pueden ocupar sus puestos señalados en el gran plan de Dios. El Señor aceptó a Samuel desde su infancia porque su corazón era puro. Había sido dado a Dios como ofrenda consagrada, y el Señor hizo de él un conducto de luz. Si los jóvenes de hoy quieren consagrarse como fue consagrado Samuel, el Señor los aceptará y los empleará en su obra. Acerca de su vida podrán decir con el salmista: ‘Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas’. Salmos 71:17” (Consejos para los Maestros, pág. 523).
4.- Lamentablemente, ¿qué registran las Escrituras acerca de los hijos de Elí? ¿Qué reprensión les dio cuando supo de sus malas acciones?
1 Samuel 2:22-25 "Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. 23Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. 24No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová. 25Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir".
Nota
“Los hijos de Elí, en lugar de reconocer la solemnidad de este servicio simbólico, solo pensaban en cómo hacer de él un medio de satisfacer sus propios deseos. No se contentaban con la parte de las ofrendas de gracias que se les destinaba, y exigían una porción adicional; y el gran número de estos sacrificios que se presentaban en las fiestas anuales daba a los sacerdotes oportunidad de enriquecerse a costa del pueblo. No solo exigían más de lo que lícitamente les correspondía, sino que hasta se negaban a esperar que la grasa se quemara como ofrenda a Dios. Persistían en exigir cualquier porción que les agradara, y si les era negada, amenazaban con tomarla por la fuerza” (Patriarcas y Profetas, pág. 562).
5.- ¿Qué éxito tuvo Elí en contener a sus hijos y corregir su conducta?
1 Samuel 3:13 "Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado".
Nota
El sacerdote y juez de Israel no había sido dejado en las tinieblas con respecto a la obligación de refrenar y disciplinar a los hijos que Dios había confiado a su cuidado. Pero Elí se sustrajo a estas obligaciones, porque significaban contrariar la voluntad de sus hijos, y le imponían la necesidad de castigarlos y de negarles ciertas cosas. Sin pesar las consecuencias terribles de su proceder, satisfizo todos los deseos de sus hijos, y descuidó la obra de prepararlos para el servicio de Dios y los deberes de la vida. ... Pero Elí permitió que sus hijos lo dominaran a él. El padre se sometió a los hijos. La maldición de la transgresión era aparente en la corrupción y la impiedad que distinguían la conducta de sus hijos. No apreciaban debidamente el carácter de Dios ni la santidad de su ley. El servicio de él era para ellos una cosa común. Desde su niñez se habían acostumbrado al santuario y su servicio; pero en vez de volverse más reverentes, habían perdido todo sentido de su santidad y significado. El padre no había corregido la falta de respeto que manifestaban hacia su propia autoridad, ni había refrenado su irreverencia por los servicios solemnes del santuario; y cuando llegaron a la adultez estaban llenos de los frutos mortíferos del escepticismo y la rebelión” (Patriarcas y Profetas, págs. 561-562).
6.- Dado que los hijos de Elí rechazaron la reprensión de su padre y él no tuvo la capacidad de influenciarlos y corregirlos, ¿qué profecía le dio el Señor al anciano sacerdote?
1 Samuel 2:30-34 "Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. 31He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa. 32Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel; y en ningún tiempo habrá anciano en tu casa. 33El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor; y todos los nacidos en tu casa morirán en la edad viril. 34Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día".
Nota
“Dios acusó a Elí de honrar a sus hijos más que al Señor. Antes que avergonzar a sus hijos por sus prácticas impías y odiosas, Elí había permitido que la ofrenda destinada por Dios para ser una bendición a Israel se convirtiera en algo abominable. Los que siguen sus propias inclinaciones, en su afecto ciego por sus hijos, y, permitiéndoles que satisfagan sus deseos egoístas, no les hacen sentir el peso de la autoridad de Dios para reprender el pecado y corregir el mal, ponen de manifiesto que honran a sus hijos impíos más que a Dios. Sienten más anhelo por escudar la reputación de ellos que por glorificar a Dios; y tienen más deseo de complacer a sus hijos que de agradar al Señor y de mantener su servicio libre de toda apariencia de mal” (Patriarcas y Profetas, pág. 564).
Sacerdote y Juez
7.- Además del ministerio sacerdotal, ¿qué oficio cumplió Elí? ¿Durante cuántos años llevó la responsabilidad?
1 Samuel 4:16-18 “Dijo, pues, aquel hombre a Elí: Yo vengo de la batalla, he escapado hoy del combate. Y Elí dijo: ¿Qué ha acontecido, hijo mío? 17Y el mensajero respondió diciendo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, fueron muertos, y el arca de Dios ha sido tomada. 18Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años”.
Nota
“Elí era sacerdote y juez de Israel. Ocupaba los puestos más altos y de mayor responsabilidad entre el pueblo de Dios. Como hombre escogido divinamente para las sagradas obligaciones del sacerdocio, y puesto sobre todo el país como la autoridad judicial más elevada, se lo consideraba como un ejemplo, y ejercía una gran influencia sobre las tribus de Israel. Pero aunque había sido nombrado para que gobernara al pueblo, no regía bien su propia casa. Elí fue un padre indulgente. Amaba tanto la paz y la comodidad, que no ejercía su autoridad para corregir los malos hábitos ni las pasiones de sus hijos. Antes que contender con ellos, o castigarlos, prefería someterse a la voluntad de ellos, y les cedía en todo. En vez de considerar la educación de sus hijos como una de sus responsabilidades más importantes, trataba el asunto como si tuviera muy poca importancia” (Patriarcas y Profetas, pág. 561).
Estudio Adicional
“A Elí, como sumo sacerdote y juez de Israel, Dios lo consideraba responsable por la condición moral y religiosa de su pueblo, y en un sentido muy especial, por el carácter de sus hijos. Él debió haber procurado refrenar primero la impiedad por medidas benignas; pero si estas no daban resultados positivos, debió haber dominado el mal por los medios más severos. Provocó el desagrado del Señor al no reprender el pecado ni ejecutar justicia sobre el pecador. No se podría confiar en él para que mantuviera puro a Israel. Aquellos que no tienen suficiente valor para reprender el mal, o que por indolencia o falta de interés no hacen esfuerzos fervientes para purificar la familia o la iglesia de Dios, son considerados responsables del mal que resulte de su descuido del deber. Somos tan responsables de los males que hubiéramos podido impedir en otros por el ejercicio de la autoridad paternal o pastoral, como si hubiésemos cometido estos hechos nosotros mismos” (Patriarcas y Profetas, pág. 564).