Introducción

“Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel” Jueces 2:10

“Pero, despreciando su elevado destino, escogieron el camino del ocio y de la complacencia, dejaron pasar las oportunidades de completar la conquista de la tierra; y por consiguiente, durante muchas generaciones fueron afligidos y molestados por un residuo de estos idólatras, que fue, según lo predijera el profeta, como ‘aguijones’ en sus ojos, y ‘por espinas’ en sus ‘costados’. Números 33:55.

“Los israelitas ‘se mezclaron con las naciones, y aprendieron sus obras’. Se aliaron en matrimonio con los cananeos, y la idolatría se difundió como una plaga por todos los ámbitos de la tierra. ‘Sirvieron a sus ídolos, los cuales fueron causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios. [...] y la tierra fue contaminada con sangre’. ‘Se encendió, por tanto, el furor de Jehová contra su pueblo y abominó su heredad’. Salmos 106:34-38, 40.” (Patriarcas y Profetas, págs. 528, 529).

1.- Cuando se alejaron del Dios verdadero, ¿a quién seguían los israelitas en el ámbito religioso?

Jueces 2:11-13 "Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. 12Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová. 13Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot".

Nota

“Mientras no se extinguió la generación que había recibido instrucción de Josué, la idolatría hizo poco progreso; pero los padres habían preparado el terreno para la apostasía de sus hijos. La desobediencia y el menosprecio que tuvieron por las restricciones del Señor los que habían entrado en posesión de Canaán sembraron malas semillas que continuaron produciendo su amargo fruto durante muchas generaciones. Los hábitos sencillos de los hebreos los habían dotado de buena salud física; pero sus relaciones con los paganos los indujeron a dar rienda suelta al apetito y las pasiones, lo cual redujo gradualmente su fuerza física y debilitó sus facultades mentales y morales. … ‘Dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto’, ‘y los llevó por el desierto como a un rebaño’” (Patriarcas y Profetas, pág. 529).

“La razón por la cual los hijos de Israel abandonaron a Jehová fue que se levantó la generación que no había sido instruida acerca de la gran liberación de Egipto por la mano de Jesucristo. Sus padres no les habían contado la historia de la tutela divina que había estado sobre los hijos de Israel durante todos sus viajes por el desierto” (Review and Herald, 21 de mayo de 1895).

Saqueado y derrotado

2.- ¿Qué graves consecuencias resultaron por abandonar al Dios verdadero y seguir las propias tendencias pecaminosas?

Jueces 2:14-15 "Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos. 15Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción".

Nota

“Debían presentar a sus hijos muestras del poder de Dios y realizar ceremonias que provocarían preguntas y les darían la oportunidad de repetir las obras de Dios al tratar con su pueblo. Pero los padres no cumplieron la parte que Dios les había asignado al enseñar diligentemente a sus hijos, para que pudieran haber sido inteligentes con respecto a las obras de Dios al guiar a su pueblo a través del desierto…. Los padres descuidaron la obra que el Señor les había encargado hacer y no los instruyeron con respecto al propósito de Dios para con su pueblo escogido. No tuvieron en cuenta el hecho de que la idolatría era pecado y que adorar a otros dioses significaba abandonar a Jehová. Si los padres hubieran cumplido con su deber, nunca tendríamos el registro de la generación que no conoció a Dios y, por lo tanto, fue entregada en manos de los saboteadores” (Review and Herald, 21 de mayo de 1895).

“Por sus pecados fueron los israelitas separados de Dios; su fuerza les fue quitada y no pudieron ya prevalecer contra sus enemigos. Así fueron sometidos a las mismas naciones que ellos pudieron haber subyugado con la ayuda de Dios” (Patriarcas y Profetas, pág. 529).

3.- Aunque en varias ocasiones el Señor levantó jueces y libertadores para ser de bendición para Israel, ¿qué tan firme fue el compromiso del pueblo de obedecer al Señor?

Jueces 2:16-17 "Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; 17pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así”.

Nota

“No obstante, Dios no abandonó por completo a su pueblo. Siempre hubo un remanente que permanecía fiel a Jehová; y de vez en cuando el Señor suscitaba hombres fieles y valientes para que destruyeran la idolatría y libraran a los israelitas de sus enemigos. Pero cuando el libertador moría, y el pueblo quedaba libre de su autoridad, volvía gradualmente a sus ídolos. Y así esa historia de apostasía y castigo, de confesión y liberación, se repitió una y otra vez” (Patriarcas y Profetas, pág. 529).

Los israelitas perdieron su identidad espiritual

4.- ¿Qué indicaba el hecho que tan pronto como moría un juez, terminaba la lealtad del pueblo a Dios?

Jueces 2:18-19 "Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. 19Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino".

Nota

“Si Dios no tuviera ley, no podría haber juicio, y los casos de hombres y mujeres no serían llamados al tribunal solemne, ante el Juez justo. Si no hemos estado en armonía con los requisitos de Dios en esta vida, ya no estaremos en armonía con sus requisitos en la vida futura. ¿Qué excusa podemos alegar por la desobediencia a la ley del gobierno de Dios?... Serás declarado culpable antes de la revelación de tu propia vida. Todos los que no son salvos verán en qué se apartaron de lo correcto y se darán cuenta de la influencia que ejerció su vida de desobediencia para desviar a otros del camino de la verdad. ‘Cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo a Dios’, y los vivos y los muertos comparecerán ante el tribunal de Cristo. Las cosas secretas se darán a conocer” (Signs of the Times, 29 de diciembre de 1887).

5.- ¿Por qué no pudo cumplirse la promesa que se les hizo anteriormente?

Éxodo 23:22 "Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren".

Jueces 2:20-21 "Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz, 21tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió".

Nota

“No cesaron en sus propias obras ni en su obstinación. ‘Y la ira de Jehová se encendió contra Israel; y dijo: Por cuanto este pueblo ha traspasado mi pacto que mandé a sus padres, y no ha escuchado mi voz; Tampoco desde ahora expulsaré de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió’.
“El Señor procuró llevar a su pueblo a una posición en la que pudiera manifestar su poder a favor de ellos; pero sus corazones estaban decididos a apartarse de Dios y no se sometieron a sus requisitos. ¡Qué ceguera! ¡Qué locura inexplicable! e igualmente incomprensible es el proceder de aquellos a quienes Dios ha dotado de dones intelectuales y rodeado de bendiciones temporales, pero que preferirán las ganancias mundanas, e incluso la complacencia de pasiones degradantes, al favor de Dios y su infinito amor” (Signs of the Times, 9 de junio de 1881).

6.- ¿Qué significó que el Señor dejó a las naciones para probar a Israel? ¿Cuán capaces somos de reconocer lo que Dios permite que nos pone a prueba?

Jueces 2:23; 3:1, 4-6 "Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano de Josué 3:1Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;...4 Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés. 5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses".

Nota

“Pero a pesar de que había sido quebrantado el poderío de los cananeos, estos no fueron completamente despojados. Hacia el oeste los filisteos seguían poseyendo una llanura fértil a lo largo de la costa, mientras que al norte de ellos estaba el territorio de los sidonios. Estos tenían también el Líbano; y por el sur, hacia Egipto, la tierra seguía ocupada por los enemigos de Israel” (Patriarcas y Profetas, pág. 488).

La responsabilidad de cada tribu

7.- ¿Por qué el Señor no permitió que Josué expulsara completamente a las naciones paganas de los territorios recibidos por las tribus? ¿Cuál era la responsabilidad de cada uno?

Jueces 2:22 "Para probar con ellas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres".

Nota

“Toda la tierra, tanto las partes ya conquistadas como las aun no subyugadas, tenía que repartirse entre las tribus. Y a cada tribu le tocaba subyugar completamente su propia heredad. Con tal que el pueblo fuera fiel a Dios, él expulsaría a sus enemigos de delante de ellos; y prometió darles posesiones todavía mayores si tan solo eran fieles a su pacto” (Patriarcas y Profetas, pág. 488).
“Pero a menos que nos entreguemos sin reservas a su servicio y caminemos en obediencia a sus mandamientos, no podremos presentar pruebas de que somos miembros de la familia real. ¡Ojalá pudiéramos alguna vez darnos cuenta del amor que Dios ha manifestado hacia nosotros, pecadores caídos, al dar a su único Hijo para nuestra salvación! Nunca debemos perder de vista el hecho de que aquellos a quienes Cristo redime a un precio tan infinito deben ser purificados, para que sean para él un pueblo peculiar, celoso de buenas obras. Deberíamos sentir que Cristo nos ha otorgado honores especiales al distinguirnos así del mundo, cuando podría habernos dejado perecer en nuestros pecados” (Signs of the Times, 9 de junio de 1881).

Estudio Adicional

“Dios había puesto a su pueblo en Canaán como un poderoso valladar para contener la ola de la inmoralidad, a fin de que no inundara al mundo. Si Israel le era fiel, Dios quería que fuera de conquista en conquista. Entregaría en sus manos naciones aún más grandes y más poderosas que las de los cananeos. Les prometió: ‘Porque si guardáis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, [...] Jehová también echará de vuestra presencia a todas estas naciones, y desposeeréis a naciones grandes y más poderosas que vosotros. Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro: desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio. Nadie se sostendrá delante de vosotros; miedo y temor de vosotros pondrá Jehová, vuestro Dios, sobre toda la tierra que piséis, como él os ha dicho’. Deuteronomio 11:22-25” (Patriarcas y Profetas, pág. 528).
“Dios quiere que su pueblo presente un marcado contraste, en carácter y conducta, con el mundo incrédulo. Debemos ser ‘una generación escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo peculiar...’ Sólo mediante la vigilancia constante y la oración ferviente, mezcladas con fe, podemos preservar nuestro carácter santo y peculiar como hijos e hijas de Dios” (Signs of the Times, 9 de junio de 1881).

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